LAS MINISTRAS ROJAS VAN AL INFIERNO
En una semana ciertamente tonta, boba, redundante (sueños homosexuales con amigos de la infancia, escarnios ya consabidos y la recuperación de Médico de familia como antídoto nihilista), he llegado a la certeza de que he tocado fondo en cuanto a capacidad de asumir lo que antes parecía una broma quimérica. Esto es (y para no ser acusado de monotemático): el rock ha vuelto a ser subversivo justo en una fase en la que el antaño invento de Satanás rozaba la puerilidad más absoluta; no en vano habría que recordar lamentables espectáculos recientes como el documental de Metallica en la consulta del psiquiatra (¿para superar el bache creativo inducido por el abandono del bourbon?), niños en chándal jugando a ser metaleros, Dylan tocando para el extinto Papa polaco, o la enésima vuelta a la carretera de ese impresentable llamado Axl Rose.
Pero, gracias a Dios, los adalides de la extrema derecha de este santo país nos han devuelto la fe en algo que antes fue peligroso y purificador. Resulta que la Ministra de Cultura se confiesa fan de uno de esos grupos de jevi costroso que tanto gustan en Burgos: Lujuria. La Ministra prueba así su total desdén por las listas de éxitos oficiales para decantarse por el lado calimochero de la vida. Con un par. Hay en esta actitud una clara secuela del plan totalitario del Prisoe (Losantos style) por destruir la patria de Manolo el del bombo. El Psoe pretende minar la base de la España futura inculcando a la juventud el gusto por el ruock, merced a unos presumibles institos salvajes que dicha sintonía desencadenaría, con su estética desarreglada y sus mensajes subversivos. ¿Y dónde se halla tal subversividad? Pues en el sexo, coño. Resulta que los Lujuria del carajo esos no dicen más que cochinadas en sus tonadas y declaraciones a la prensa. ¿Ande se ha visto, por Dios, que una mujer soltera y pasada la cuarentena muestre gustos adolescentes y encima deslice una sospechosa conducta amistosa hacia los preceptos de la liberación sexual ésa que sale en las películas francesas? De nuevo, un ejemplo de los turbulentos tejemanejes del soviet para lavarle la mente al pueblo. Porque nada ejemplar puede transmitirse con semejante música. A la Calvo no le gusta Antonio Machín, cachis.
En cualquier caso, reiterar mi agradecimiento a los perpetradores de ese Mortadelo del siglo XXI que es Libertad Digital. Si España no se hunde es por vuestra incesante búsqueda de la sonrisa en un niño:
(Libertad Digital) La ministra de Cultura tiene en su despacho un ejemplar del último disco de Lujuria, con hits como El morado comunero y Castilla se inflama.
En una entrevista difundida este domingo por la agencia oficial Efe, Carmen Calvo lo ha calificado como "un disco magnífico" y ha escrito una carta al grupo con palabras de ánimo: "Ánimo, chicos, hay que seguir teniendo ideales. Gracias porque componéis y porque estáis aportando, esto no es karaoke", anota la ministra, entendida en las diversas corrientes del rock extremo: thrash metal, death metal, gótico-siniestro, el heavy de toda la vida,... Carmen Calvo es fan de Metallica, la banda más célebre de rock duro, pero también sigue a grupos hispanos como Lujuria, del que destaca sus "ideales".
El quinteto segoviano nació en Segovia "para desgracia de conservadores, puritanos y demás bichos raros", según manifiesta en su página web. Los cinco "Lujurias" son César de Frutos El Oso (batería), Julio Herranz Julito (guitarra rítmica), Jesús Sanz Chepas (guitarra solista), Javier Gallardo (bajo) y Óscar Sancho (voz).
El carismático cantante, Óscar Sancho Rubio, confiesa en una entrevista que le gustaría llamarse "Oscar de todas las putas ¿No es Froilán de todos los Santos?". De su signo zodiacal, Escorpión, dice que es "la razón por la que estoy tan salido". Dice que toca siempre con los mismos calcetines rojos desde el primer concierto, en 1993. "Están hechos una pena pero me dan suerte, puede que algún día los regale al Hard Rock Café pero no creo que los cuelguen, a no ser que los usen como espantamoscas oloroso". Su fantasía sexual es la siguiente: "A veces flipo pensando que, en mitad de un concierto de Lujuria, todo el mundo se empieza a quitar la ropa y montamos una orgía del copón".
La superstición de Jesús Sanz (guitarra) al salir a tocar es tener siempre "un vaso de tubo hasta arriba de güisqui", y su fantasía sexual es "una orgiaza romana, llena de comidas raras, tías (muchas tías), los colegas y hasta que amanezca una semana después".
Julio Herranz (guitarra) cuenta en la web que le llaman Julito porque no se han fijado en determinadas proporciones de su cuerpo. Si lo hicieran, dice, "me tendrían que llamar Superjulio". Su mensaje a los seguidores del grupo es el siguiente: "Que Dios nos dé tanta fuerza en la polla como una marrana criona en la jeta".
Lujuria, que se consolida en 1993, hace saber en su web que está "¡hasta los cojones de tanta puta publicidad...joder, nosotros ya sabemos donde comprar condones y no nos interesan una mierda los yogures desnatados ni los CDs de Ricky Martin, así que a tomar por culo la publicidad en la web!"