Sekitumi

28 mayo, 2006

ELLOS DICEN MIERDA, NOSOTROS AMÉN

Extraído de El país (26-5-06):

"V de violencia" (Ruth Toledano)

"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos" (artículo 47, Constitución Española).
El domingo pasado la consigna era: Por una vivienda digna. V de vivienda. El final fue: V de violencia. Tras la afluencia de gente de la semana anterior, se había repetido la convocatoria a través del correo electrónico, de los SMS y de algunos blogs, una llamada independiente que no lideraba ninguna asociación, partido político o sindicato: pura acción ciudadana. Se hizo el llamamiento a una sentada en la Puerta del Sol que concentró a más de 1.500 personas y que intentó convertirse en una marcha hacia las inmediaciones del Congreso contra la que la policía cargó con la saña que caracteriza a las fuerzas antidisturbios, ya sea de forma espontánea o atendiendo a las órdenes oportunas.
La del domingo era una protesta pacífica por el elevado precio y por las malas condiciones de la vivienda, la respuesta casi festiva a una especulación inmobiliaria que alcanza cotas de vergüenza, como todos los días podemos comprobar en las propias carnes contribuyentes o sencillamente abriendo el periódico para asistir al último escándalo financiero: el sector inmobiliario siempre anda implicado en los delitos de mayor trascendencia.
La V de vivienda se convirtió en V de violencia cuando los concentrados en Sol intentaron moverse hacia la Carrera de San Jerónimo, Alcalá o Preciados y la policía les impidió el paso, encerrándolos en la plaza. Ahí empezaron los primeros empujones, que pronto se convirtieron en porrazos. He visto marcas de porras que al Defensor del Pueblo también le interesaría ver y que la delegada del Gobierno debería llevar reproducidas a sus flamantes reuniones.
Es más que preocupante que una acción como la descrita sea sofocada a estas alturas democráticas con violencia policial. Tales cuerpos de seguridad justificarán su actuación con el viejo argumento de la provocación, pero llueve sobre mojado: en una de las manifestaciones pacíficas contra la guerra de Irak hubo casi doscientos heridos y convirtieron también la Puerta del Sol en una ratonera donde la gente permaneció aterrorizada. Los medios de comunicación apenas dieron cobertura al episodio y la policía aseguró que había habido provocación por parte de algunos manifestantes, pero doscientos heridos por golpes de quienes tienen que defendernos es algo inaceptable.
En menor medida, la carga del otro día fue similar. Y aun concediendo que en este tipo de circunstancias pueda haber algún elemento descontrolado que pretenda reventar el desarrollo pacífico de los acontecimientos, lo lógico en un Estado realmente libre y democrático es que los cuerpos de seguridad defiendan al resto de los participantes de esos mismos elementos, en lugar de atacar indiscriminadamente y con una fuerza que de bruta pasa con facilidad a brutal. El otro día hubo también detenidos, que pasaron por calabozos que describen como repugnantes y en los que recibieron un trato que si es como denuncian sería para abrir una investigación en todas las comisarías. Los sucesos de Fuenlabrada, en los que fueron también detenidos dos jóvenes hermanos por portar banderas y lanzar consignas republicanas al paso de Felipe de Borbón y su esposa Letizia, no es precisamente un buen índice sobre la libertad de expresión, sobre todo acerca de ciertos asuntos.
La única explicación para que esto se produzca se encuentra en el miedo que haya podido provocar en el Gobierno el éxito de la primera sentada, celebrada el domingo anterior al de la carga y representativa, por ser secundada rápida y fluidamente, de la necesidad de exponer en la calle uno de los mayores problemas del sistema y de la operatividad de los nuevos canales de comunicación social y de convocatoria. Tienen un miedo a que la cosa crezca y se les vaya de las manos: siempre les quedará París para ilustrarlo. Y la mejor manera, ya se sabe, de combatir el miedo es asustando. Les damos un susto a la segunda y no se atreverán a salir una tercera. Se equivocan, porque la tercera será el próximo domingo, pero además se equivocan si piensan que pueden tapar a porrazos un problema, el de la vivienda, que existe y que volverá a manifestarse tarde o temprano. Pero además se equivocan desatendiendo la voz de muchos jóvenes, y no tan jóvenes, que están en su derecho a ocupar las calles para su expresión. Cerrarles la boca con violencia es encender una mecha que nadie quiere ver arder.


Sencillamente increíble. Menos mal que estos son los rojos y los radicales. En este país DE MIERDA ya sólo existen la derecha y la extrema derecha, amén de un progresivo desmantelamiento del Estado de Bienestar y los derechos y libertades civiles que pronto van a originar una verdadera revuelta popular y espontánea, todos los pueblos tienen un límite de aguante. Odio ser español, vivir en este país se acerca cada vez más a las fantasías de la ciencia ficción pesimista. ¿De qué sirve la puta constitución? ¿Quién vigila a los vigilantes? ¿Realmente vamos a tener un futuro como el que tuvieron nuestros padres o habrá que pensar en ir a las manifestaciones con katanas? Olvídenlo, no es más que otra pataleta de otra persona sin rostro disuelta en el oceáno del inconformismo de saldo. Todo va bien. Pero les odio. Quizás una sobredosis de realidad, algo para lo que el cuerpo no está preparado.

23 mayo, 2006

Conversación del absurdo entre seres inertes

Ángel: Qué es normal? O, mejor, quién es normal? O, mejor aún, quién define la normalidad?
Zazú: Lo nomal es bueno? O es mejor estar por debajo de la normalidad?
Ángel: O es mejor estar por encima?
Zazú: O es mejor ser borderline y estar en medio?
Ángel: Sería "hipernormal"?
Zazú:
Ángel: Y lo subnormal es hiponormal
Zazú:
Así será
Ángel: Entonces el hipopótamo común es tonto? Y la jirafa?
Zazú: No, porque ahí "hipo" se refiere a "caballo" en griego
Ángel: Claro
Zazú: Y la jirafa no gime, gema
Ángel: Pero los caballos son hipernormales
Zazú: Gama , gamo. Sí, son hipertiroidales
Ángel: Entonces, las jirafas son tacañas porque son gumi?
Zazú: Sí, son guminescentes
Ángel: Pero claro la común sería entonces hiperodáctila
Zazú: Hipodaltónica
Ángel: Y los murcielagos entrarían en el campo de los hipofidoides
Zazú: Yo soy Alfa-más y tú, Épsilon-menos
Ángel: Bonita fue la hermandad... Allí las hermanas del claustro inventaron el concepto de la normalidad

Zazú: Basta!
Ángel: Basta o vasta? Porque extensa es la cordura
Zazú: Y más lo es la locura aunque, con el Elogio de la locura me he frenado
Ángel: Pero, cómo es posible que alguien ponga etiquetas y mida lo normal? Qué es normal?
Zazú: Cómo se mide lo normal? Se puede medir?
Ángel: Lo normal no existe puesto que nadie es igual
Zazú: Se puede medir el placer?
Ángel: No. El placer es distinto
Zazú: Claro, eso es una medida superior, exáltica de lo gametozoide
Ángel: No se puede medir nada

Zazú: Sí. Exacto
Ángel: Mis milocandridos se amontonan en la laringe
Zazú: Mírate
Ángel:
Zazú: Cuan sublime imagen
Ángel:
Ángel: Todo yo lo soy
Zazú: Oh, sí
Ángel: Pero tú eres hipersublime. Pero entonces, si lo normal no existe, lo sublime tampoco.
No hay medida, no hay normalidad, no hay nada...
Ángel: Pienso luego existo
Zazú: Claro, pero sí sabemos que algo es sublime porque nos sulibella
Ángel: He llegado a la teoría de este hombre. Ahora entiendo todo
Zazú: Y lo normal no nos hace sentir nada más allá que la nada
Ángel: Es que los perjumenes, mujer, nos sulibellan
Zazú: Sí, puede ser
Ángel: Entonces el vacío inunda todo y estamos engañados. Porque no hay medida
Zazú: En realidad nada existe. Ni el dolor, ni el frío, ni la felicidad...Todo son conceptos subjetivos de nuestra mente
Ángel: Sólo existe el alma
Zazú: Y en realidad tampoco la mente existe. Sí. El alma fluye en el Cosmos
Ángel:
Zazú: Pero, existe el Cosmos?
Ángel: Es un vacío. Un vacío oscuro que es Cosmos
Zazú: Existe decir si algo existe?
Ángel: Y allí habitan las almas que se introducen en las masas para dar un tono de normalidad
Zazú: Sí, así es

17 mayo, 2006

We are the champions!

Por fin esta canción, que tantas veces he tenido que escuchar en pachangas futboleras, suena en un momento de tanto regocijo para mí. Perdonen mi euforia, pero bueno, como dicen algunos psicólogos, de alguna manera tenemos que sacar nuestro lado más exaltado...
Así que nada, el Barça campeón de la Copa de Campeones y yo, a estas alturas, descubro que, aún viviendo en Madrid, ahora mi barrio es medio culé, que además tengo unos vecinos muy simpáticos que bailan
semi desnudos en la terraza de enfrente para celebrar cada gol -gracias a a la UEFA por incitar a que nos alegren la vista-, que aupa los del Atleti por el apoyo, que Zapatero es Mister Bean III y celebra los goles mejor que Laporta, que no hace falta estar en Canaletas para tocar mi trompeta y que...el Madrid, ¿otra vez campeón de Europa?. Lo dicho, ¡Visca el Barça!.

El hombre del faro

Pocas personas sabían de la existencia del hombre del faro, pero cuentan que llegó allí huyendo de todo. No, en realidad fue valiente.
En los últimos tiempos su vida había perdido el rumbo segundo a
segundo y, quizás por ello, decidió guiar la vida de otras personas desde su faro blanco con bandas azules.
A veces nos esforzamos por seguir la estela que pensábamos sería nuestra; buscamos un trabajo, una casa, personas que nos hagan olvidar la soledad pero, todos los hombres del faro saben que no pueden evitar lo que las estrellas decidieron ya para ellos.
Nuestro farero, antes de serlo, anduvo años dando tumbos. Una carrera, unas cuantas novias que le daban igual, unos amigos pasajeros, una rutina que todo el mundo aceptaba como normal. Pero él no.
Un buen día encontró un curioso anuncio. El anuncio de su vida. “Se busca persona que quiera vivir en un faro, sin más compañía que la del viento, la lejanía de los barcos y el sonido del mar”.
Han pasado 6 años desde que contestó a aquel anuncio y cada día da gracias a su suerte. La soledad no fue tal, ya que, un buen día, las estrellas decidieron mandarle una sirena y una vez más, sonrió.
A veces las cosas llegan cuando menos te lo esperas y, después de haberlas buscado durante años sin obtener resultado, sólo dan ganas de eso, de sonreír.
Todos los hombres del faro saben que por mucho que lo intentemos, nuestro destino está escrito en ese cielo que cada noche ciega el viaje de todas esas personas que navegan. Los fareros iluminan su rumbo, echando una mano a ese destino que a veces se trunca y, sólo entonces, vuelven a sentir el vacío.
Nadie vive cerca del faro blanco o, al menos, en 15 Kilómetros a la redonda. Pero ¿qué más podría necesitar él? Tiene con quien compartir el color naranja de la tarde, los libros, los paseos, las mañanas sin levantarse y las estrellas que les observan. Además, cuando hay tormenta, muchos saben que él está ahí para que no les pase nada, y vuelve a sonreír.
Lo bueno llegará de repente. Sólo tenemos que esperar y saber que esa es la nuestra. Seguro que a aquel que me regaló mi faro, las estrellas le deparan lo mejor. Se lo merece.

07 mayo, 2006

Pongamos que hablo de Madrid

Como suele decir la gente, en Madrid podemos encontrar la peor cara de una ciudad sin norte, impersonal y fría. Aún y así, cuando la conoces, hay veces en las que puedes sentir que está ahí sólo para tí: una noche volviendo a casa, andando sola por una avenida, viendo todas las luces...
Otras veces -y los que me conocéis sabéis que es difícil que yo diga esto-, pienso que hasta me gusta estar aquí. Sobre todo cuando voy por el Centro y estoy en buena compañía, como el domingo pasado.